Como se presenta la psoriasis?

Afecta al 1-2% de la población y puede iniciarse
a cualquier edad. Se caracteriza por el brote de pápulas
y placas eritematosas bien delimitadas y cubiertas por varias
capas de escamas finas y nacaradas.
Tras eliminar las escamas, por raspado de las lesiones, aparece en su superficie un piqueteado hemorrágico (signo de Auspitz).
El prurito es en general escaso. La aparición y la distribución
de la erupción son muy variables, pero a menudo el inicio es
gradual y la distribución simétrica, siendo las zonas afectadas con mayor frecuencia el cuero cabelludo, la región lumbosacra y la superficie de extensión de las extremidades,
sobre todo codos y rodillas. Es frecuente la aparición de lesiones en áreas que han sufrido traumatismos (fenómeno isomórfico).
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En ocasiones se afectan también los pliegues, a veces como única localización de la enfermedad (psoriasis
invertida).
En los niños puede tener un inicio explosivo, con la aparición
súbita de numerosas lesiones de pequeño tamaño, después
de una infección faringoamigdalar de origen estreptocócico
(psoriasis guttata).
La afección de las uñas es frecuente y puede adoptar distintos patrones: piqueteado de la lámina, mancha eritematosa en el lecho o hiperqueratosis subungueal con engrosamiento de la lámina y onicólisis (uña en médula de saúco).
Entre el 5 y el 10% de los psoriásicos desarrollarán una artritis antes, concomitantemente o después del inicio de las
lesiones cutáneas. Es seronegativa y puede adoptar uno de
los cinco patrones siguientes: oligoartritis asimétrica (70%),
poliartritis simétrica seronegativa clínicamente semejante a
la artritis reumatoide (15%), formas limitadas a las articulaciones interfalángicas distales (5%), artritis mutilante (5%) y espondilitis anquilosante (5%).
Las formas clínicas menos frecuentes incluyen:
Psoriasis pustulosa, con dos variantes: forma generalizada,
caracterizada por el brote agudo y generalizado de pústulas
estériles de 2-3 mm sobre una piel eritematosa, acompañado de fiebre alta, mal estado general, hipocalcemia, leucocitosis y elevación de la VSG, y forma localizada, que afecta a palmas y plantas, sigue un curso muy crónico y rebelde al tratamiento, pero cursa sin fiebre ni alteración del estado general.
Psoriasis eritrodérmica, que puede surgir como consecuencia de la extensión progresiva de una psoriasis vulgar o aparecer bruscamente tras un período de intolerancia a la terapéutica tópica, a la luz o a un tratamiento inadecuado.
En este último caso en pocos días se instaura una dermatitis exfoliativa generalizada, acompañada de fiebre, mal estado general y alteraciones hidroelectrolíticas.


La psoriasis es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel, no contagiosa, que produce lesiones escamosas, engrosadas e inflamadas, con una amplia variabilidad clínica y evolutiva.
La causa de la psoriasis es una velocidad anormal alta de mitosis en las células epidérmicas que se pueden relacionar con una sustancia transportada en la sangre, un defecto en el sistema inmune, o un virus. Se cree que es multifactorial, en individuos con predisposición genética y desencadenada o exacerbada por diversos factores ambientales.
La psoriasis no es una enfermedad contagiosa. Afecta tanto a piel como a mucosas, y en ocasiones se asocia a artritis. Su amplia variabilidad de lesiones hace necesaria una clasificación con fines docentes, pronósticos y terapéuticos.
En general, la psoriasis es un cuadro monomorfo (no presenta varios tipos de lesión a la vez), simétrico, que puede ser limitado o muy extenso. Existen muchas variantes según la morfología de las lesiones:

Psoriasis en placas o psoriasis vulgar.
Es la forma más frecuente. Se caracteriza por la formación simétrica de placas de 1 a 30 centímetros, localizadas en cualquier zona de la piel, especialmente rodillas, codos, región lubosacra y cuero cabelludo. Las lesiones pueden durar hasta meses, e incluso años, y en sucesivos brotes se van extendiendo al tórax y las extremidades. Cuando las lesiones confluyen en grandes placas con bordes geográficos, el cuadro se denomina psoriasis gyrata; otras veces, aparece una zona central más clara, y el cuadro de llama psoriasis anular.
Psoriasis en gotas, psoriasis eruptiva o psoriasis guttatta.
Psoriasis en forma de gotas o pequeños puntos menores de 1 centímetro, a veces pruríticas, localizadas preferentemente en el tronco. Se da con más frecuencia en niños y en jóvenes, y suele aparecer bruscamente tras padecer una infección estreptocócica de las vías respitatorias superiores. Dura dos o tres meses y desaparece espontáneamente, salvo en algunos individuos que sufren brotes recurrentes. Suele reaparecer en la edad adulta como otro de los tipos de psoriasis.
Psoriasis eritrodérmica.
Artículo principal: Eritrodermia
Lesiones generalizadas comprometiendo más del 90% de la extensión corporal llegando a afectar el estado de salud del paciente por presentar fiebre, leucocitosis, desequilibrio electrolítico, déficit proteico, etc. Puede aparecer a partir de una psoriasis vulgar (dejando alguna zona de piel sana), tras un brote de psoriasis pustulosa, o bruscamente tras un perioro de intolerancia al tratamiento.
Psoriasis pustulosa generalizada o psoriasis de Von Zumbusch.
Variante aguda e infrecuente, que generalmente aparece en pacientes con otros tipos de psoriasis tras la aparición de factores desencadenantes (medicamentos, hipocalcemia, estrés, infecciones...). Las placas eritematosas confluyen en pocas horas en pequeñas pústulas estériles (llenas de pus no infectado), que rápidamente se secan, desaparecen y reaparecen en nuevos brotes. Si aparecen lesiones subungueales, la uña puede llegar a desaparecer. El curso de la enfermedad es ondulante, hasta que varias semanas después el paciente vuelve a la forma de psoriasis que padecía o a una psoriasis eritrodérmica.
Por lo general, el cuadro se acompaña de fiebre, mal estado general, leucocitosis y aumento de la velocidad de sedimentación globular. Sin el tratamiento correcto, puede ser mortal, por hipoalbuminemia, hipocalcemia y las consiguientes deshidratación e infecciones.

Psoriasis pustulosa palmoplantar.Psoriasis pustulosa localizada.
Psoriasis palmoplantar o psoriasis tipo Barber.
Se caracteriza por varios brotes de pústulas estériles sobre una base eritematosa, simétricamente en palmas y plantas, sobre todo en las eminencias tenar e hipotenar de la mano, y en los talones. Las pústulas pueden confluir en grandes lagos de pus, que se secan en 8 a 10 días formando escamas y costras marrones. Este proceso se cronifica, produciendo callosidades amarillentas que pueden dar fisuras extremadamente dolorosas e invalidantes. Ocasionalmente, esta forma de psoriasis se asocia a dolor torácico medio por osificación del cartílago en la zona de contacto entre la clavícula y la primera costilla, y el esternón.
Psoriasis acral o acrodermatitis continua de Hallopeau.
Extraña variante definida por la aparición de una erupción pustulosa en torno a las uñas (sobre todo de las manos), que se extiende proximalmente. Se acompaña de destrucción y pérdida de las uñas, y en casos muy evolucionados puede llegar a producir osteolisis de la falange distal.
Psoriasis lineal.
Las lesiones adoptan una disposición en línea, ya sea a lo largo de una extremidad o de una metámera; puede aparecer espontáneamente o por fenómeno de Koebner.
Psoriasis invertida o psoriasis de pliegues.
Aquella que afecta a los grandes pliegues cutáneos, principalmente los axilares, genitocrurales (las ingles), interglúteos, submamarios y el ombligo. Las lesiones son placas eritematosas de color rojo intenso, uniformes, lisas, brillantes y de bordes definidos, si bien su rasgo más característico es la ausencia de escamas. Puede haber una fisura dolorosa en el fondo del pliegue, y existir por tanto riesgo de infección. Lo más común es que estás lesiones coexistan con la psoriasis vulgar.
Psoriasis del cuero cabelludo.
El cuero cabelludo presenta lesiones de forma muy frecuente en los pacientes de psoriasis, normalmente junto a lesiones cutáneas. Puede manifestarse como placas descamativas similares a las de la piel, o bien como placas gruesas de escamas adheridas al pelo.

Es una enfermedad que afecta al proceso de renovación de la piel. Las células de la piel se forman demasiado rápido y las células anormales se acumulan formando escamas blancas sobre manchas rojizas.

La causa específica no se conoce todavía pero se cree que consiste en una anomalía hereditaria. Los ataques individuales pueden ser causados por una alteración química en el cuerpo, un trastorno hormonal, estrés, exposición excesiva al sol o deterioro de la piel.

Los principales síntomas mostrados por las personas que padecen esta enfermedad son:

Área rosada o roja en la piel cubierta de manchas blancas escamosas
Ronchas, especialmente en el cuero cabelludo, codos, rodillas y espal
Picor y dolor en el área con ronchas
Al principio las manchas son pequeñas, luego se extienden y cubren áreas mayores de la piel.

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